Buenos días!
Llevo unos días en los que no paro de maquinar, como digo yo. Es decir, que no paro de dar vueltas a la cabeza para ver qué plato puedo preparar que os guste y en el que pueda utilizar uno de los múltiples utensilios de cocina que me regalaron por mi cumple. Y es que, recibí un montón de buenos regalos!!
Uno de ellos es la máquina de cortar pasta. Ya tenía yo ganas de hacer pasta en casa, pero no me atrevía por aquello de que al estirarla no me iba a caber en la encimera, el rodillo no es muy largo que digamos...vamos, que soy una cobarde!
Pues bien, como me regalaron la máquina, ya no tenía excusa. Ahora sí que debía empezar a hacer mi propia pasta fresca en casa. Todo el mundo dice que es muy fácil, así que, me puse manos a la obra.
Esta receta es un poco laboriosa, pero merece la pena hacerla, porque resulta un plato muy vistoso y muy rico. Si tenéis una comida de invitados, es el plato idóneo. Y con esta fuente que, dicho sea de paso, es otro de esos regalazos que os comento, queda una presentación de lujo!
Para esta receta me he inspirado en una del libro "Pasta Fresca" de las Hermanas Simili. Una joyita que merece la pena tener en la biblioteca gastronómica de casa. Más de una receta saldrá de aquí, seguro!
Sin más, os dejo con la receta, esperando que os guste.
Con esta receta me despido hasta septiembre. Siento tener que abandonar el blog por una temporada, pero estaré sin ordenador hasta entonces. Espero que tengais todos un buen verano que nos veamos a la vuelta.
Sed buen@s!!
ROSETAS DE ESPINACAS Y CHAMPIÑÓN:
Ingredientes (para 4 personas):
Para la pasta:
300 gr harina 00.
140 gr sémola de trigo.
4 huevos camperos.
Sal.
Para el relleno:
270 gr espinacas congeladas.
5 champiñones grandes.
1 tarrina Mousse de queso trufa.
Medio calabacín.
Sal.
Aceite de oliva virgen extra.
Para la salsa:
60 gr mantequilla.
300 gr nata fresca.
1 limón (la ralladura y el zumo).
Sal.
Pimienta.
Elaboración:
Preparamos el relleno:
En una cazuela ponemos a hervir agua. Cuando rompa a hervir, añadimos la sal y las espinacas congeladas. Una vez que las espinacas se despegan unas de otras, quitamos del fuego y ponemos a escurrir bien. Cuando estén frías, las aplastamos con la mano para quitar todo el exceso de agua que puedan tener. Reservamos.
Lavamos el calabacín y cortamos en cuadraditos de pequeños.
Lavamos los champiñones con cuidado de que no se empapen de agua, y cortamos en cuadraditos pequeños, del mismo tamaño que el calabacín. Reservamos.
En una sartén con un poco de aceite, salteamos el calabacín con una pizca de sal. Retiramos a un colador que habremos colocado sobre un cuenco para escurrir el exceso de aceite que pueda tener.
En la misma sartén donde hemos salteado el calabacín, salteamos el champiñón. Cuando haya soltado toda el agua, añadimos una pizca de sal. Retiramos al colador junto con el calabacín.
En la misma sartén salteamos ligeramente las espinacas.
Ponemos todas las verduras salteadas junto con la mousse de queso en el vaso de la batidora y batimos hasta obtener una pasta. No tiene que quedar muy fina. Reservamos.
Preparamos la pasta:
Sobre la encimera bien limpia y seca, tamizamos la harina. Hacemos un volcán de cráter ancho y en él cascamos los huevos. Añadimos una pizca de sal.
Dentro del cráter, batimos los huevos con ayuda de un tenedor y vamos cogiendo la harina de las paredes poco a poco hasta que hayamos cogido casi toda la harina. En este momento limpiamos el tenedor y seguimos trabajando con las manos. Integramos toda la harina y amasamos unos minutos con las manos hasta que la harina se haya absorbido por completo.
Amasamos la masa haciéndola rodar sobre la tabla con suavidad hasta que obtengamos una masa lisa. Formamos una bola y colocamos en un cuenco con "el culo" hacia abajo, tapada con film para evitar que se reseque la superficie. Dejamos reposar 20-30 minutos.
A continuación, cortamos la masa en cuatro porciones, y vamos trabajando una a una, teniendo cuidado de que las otras queden tapadas con film para que no se nos resequen.
Estirado y corte a mano: Tomamos una de las porciones y amasamos con ayuda de un rodillo. Debe quedarnos una lámina muy fina, de 1 mm de grosor, aproximadamente. La cortamos en tiras de unos 30 cm de largo y 6 cm de ancho.
Una vez tengamos las tiras hechas, las enharinamos y colocamos sobre una tabla o una bandeja, teniendo cuidado de que no se peguen unas con otras.
Estirado y corte a máquina: Tomamos una de las porciones y aplastamos un poco con un rodillo. Cuando tengamos una lámina gruesa, la colocamos sobre la máquina de pasta, con el grosor mayor. Pasamos la masa por los rodillos y doblamos sobre sí misma. Pasamos de nuevo con el mismo grosor y posteriormente vamos pasando por los rodillos haciendo cada vez más fino el grosor. Obtendremos una lámina larga de 1 mm de grosor.
Cortamos en láminas de unos 30 cm de largo y 6 cm de ancho. Una vez tengamos las tiras hechas, las enharinamos y colocamos sobre una tabla o una bandeja, teniendo cuidado de que no se peguen unas con otras.
Preparamos la salsa:
En un cazo ponemos a cocer la mantequilla y la nata. Añadimos la sal y la pimienta, el zumo del limón y la ralladura. Cocemos unos 3 minutos y retiramos del fuego.
Montaje del plato:
Calentamos el horno a 200ºC.
En cada tira que hemos preparado de 30x6 colocamos una fina línea de relleno en el centro. Doblamos a lo largo y, con una pizca de agua, sellamos los lados. Debe quedarnos una tira larga con el relleno en medio.
Empezando por uno de los extremos, vamos enrollando las tiras sobre sí mismas, de manera que nos quede una espiral.
En una fuente de horno vamos colocando las rosetas sobre una fina capa de aceite. Cuando tengamos todas colocadas, vertemos la salsa y metemos al horno unos 15 min.
No he cocido previamente la pasta porque es muy fina y me daba la sensación de que se iba a pasar. Efectivamente, con una pasta recién hecha y tan fina, no es necesario cocerla previamente. Con el tiempo de horno es suficiente.
A disfrutar!!