Buenas!
Estamos en invierno. Eso es indudable. Y más desde que hace unos días ya nos visitan las borrascas y las ciclogénesis explosivas. Ya sí que podemos decir que hace frío, mucho frío.
Y, ¿qué es lo que ocurre en las cocinas cuando hace frío?
Que lo que más apetece preparar son guisos. Esos guisitos calentitos que dejan un profundo olor en la casa y que estás deseando que llegue la hora de la comida para hincarles el diente...
En casa no preparo guisos todos los días. Ni mucho menos. Durante la semana nos ponemos "a plan": verdura, proteína, fruta, yogur... Comidas ligeras, aunque no aburridas. Es raro que repita una misma comida en el transcurso del mes. Así se hace más llevadero ;)
Lo que sí suelo hacer es un guiso para un día del fin de semana. O, por lo menos, una comida más elaborada.
Si además, tenemos en cuenta que tengo una familia la mar de agradecida, que se lo comen todito todo, es fácil ponerse a elucubrar qué es con lo que voy a sorprenderles el sábado o el domingo.
Por lo general vienen mis padres a casa. Se lo comen todo!! Mi padre, para chinchar, le pone siempre alguna pega...(pero yo no caigo en la trampa), aunque he de decir que a las manitas no les ha puesto niguna; y mi madre...bueno, qué va a decir una madre! Nunca jamás hago algo que, para ella, no esté rico, muy bueno o buenísimo. ^_^
Uniendo el invierno con el que he empezado el post y los agradecidos comensales, el viernes decidí preparar unas manitas de cordero para comer el sábado en casa. Eso de llegar al mercado y encontrarte las manitas ahí, tan colocaditas, tan monas ellas....fue el pistoletazo de salida para que mi mente empezase a planear la comida familiar.
Así que, en menos que canta un gallo ya estaba en la cocina con el delantal, las manitas, de cordero, las verduras para la salsa y los cuchillos preparados. Este es un plato de los que agradece que se les deje reposar de un día para otro. Por lo que no había tiempo que perder.
Como ahora, que ya no pierdo más tiempo y os dejo la receta para que la disfrutéis.
Buen provecho!
Sed buen@s!!
MANITAS DE CORDERO con salsa de PIQUILLO Y TOMATE.
Ingredientes (4 personas):
20 manitas de cordero.
1 cebolla grande o dos medianas.
2 dientes de ajo.
6 pimientos del Piquillo.
500 gr. tomate frito casero.
2 cazos (100 ml) de caldo de verduras.
3 ó 4 cazos (150 ó 200 ml) de caldo de cocer las manitas.
50 ml. de vino blanco o rosado.
1 cucharada de azúcar (si el tomate no la lleva).
3 hojas de laurel.
sal.
Elaboración:
Ponemos a cocer las manitas bien limpias en la olla con las hojas de laurel. Empezamos a cocer sin tapar la olla. De esta manera podemos ir desespumando. Cuando veamos que ya no salen muchas impurezas, añadimos sal y tapamos la olla. Dejamos cocer unos 20 min desde que salga la pesa. Cuando haya pasado el tiempo, despresurizamos, abrimos la olla con cuidado y comprobamos que están cocidas. Deben estar prácticamente hechas. Notaremos que al pincharlas la carne casi se desprende sola del hueso.
En una cazuela podemos ir preparando la salsa mientras se hacen las manitas: ponemos a dorar los dos dientes de ajo. Añadimos a continuación la cebolla en trocitos y dejamos pochar a fuego medio. Salamos.
Cuando la cebolla está transparente, añadimos los pimientos del Piquillo cortados. Damos unas vueltas y echamos el vino. Dejamos reducir y añadimos la salsa de tomate casero. Yo esta vez no tenía tomate hecho en casa, así que utilicé uno de confianza. Buscad el que más se ajuste a vuestros gustos, porque hay tomates muy buenos. A mí me gustan mucho el de Hida y el de la Cooperativa del Campo Lodosa. Al usar un tomate que no he hecho yo, le eché una cucharada de azúcar para matar un poco la acidez y no le añadí más azúcar ni más sal. Si el tomate es hecho en casa, id probando de sal. De todas maneras, en casa nos gustan las cosas con poca sal.
Damos unas vueltas al tomate y añadimos el caldo de verduras y, de momento, dos cazos del agua de cocer las manitas. Pasamos la salsa con la batidora que quede bien triturada.
Añadimos las manitas cocidas y escurridas. Dejamos cocer a fuego lento hasta que veamos que la carne se desprende con total comodidad del hueso (probaremos con un tenedor); serán otros 10 ó 15 minutos. En este punto, tenemos que estar pendientes y vigilar que no se pegue, y que la salsa quede fluida y ligada. Si vemos que vamos necesitando más caldo, lo tomaremos del de cocer las manitas. Al ir añadiendo el caldo de las manitas conseguimos que la salsa quede un poco gelatinosa y totalmente ligada.
A disfrutar!!